Sergio Olivares es
uno de los cineastas más persistentes de la región. Ganó el
concurso de patrimonio de TVN con “La desaparición de los molinos de viento de Punitaqui”, un trabajo donde busca los viejos molinos
de madera que están desapareciendo y al hacerlo analiza el
patrimonio del Limarí: “cómo se pierde y desaparece, es un
trabajo sobre la memoria y de pasada, al ser un símbolo que se
relaciona con don Quijote, una reflexión sobre los soñadores, que
algunas veces ganamos”.
“Contar lo que
pasaba en mi tierra donde nací y me crié, fue lo que gatilló mi
persistencia en este arte”. Y se nota en una serie de películas
documentales que ha hecho entre las que se cuenta “El niño Dios de
Soqaquí” (1998), Trashumantes (2003), Chapilca (2006), Heredad
(2010), El vieaje de María (2011), Taucán (2014) por nombrar
algunos de los diez títulos que ha dirigido.
Tiene una visión a
la vez crítica y exigente sobre el cine en la provincia. De las
películas locales que ha visto dice que “más allá del esfuerzo
que se hizo, se convierten en buenos ejercicios, pero que no llega a
ser algo cinematográfico.
Y agrega que
iniciativas como ChileDocs “nos traen la mirada europea del cine
documental y nosotros no somos europeos, tenemos que tener nuestra
propia mirada. Intento encontrar la mirada del mestizo en mis
imágenes”.
Aquí lee la entrevista completa a Sergio Olivares.
¿En qué momento de tu historia pasó y qué fue lo que te decidió a dedicarte a hacer películas?
Yo creo que lo que
gatilló inmiscuirme en esto del cine documental fue un largo camino
que recorrí desde niño y que es un gusto por las imágenes, las
idas al cine en Ovalle cuando infante encendieron la magia que tiene
este arte en mi persona.
Después en
Santiago, ya mas adulto se me ocurrió que ¿por qué no estudiaba
cine? Y me inscribí en el único curso que había en chile en esos
años, estoy hablando de 1990 mas o menos. Y dentro de ese periplo
empece con mi primer documental en cine 16mm. "El Niño Dios de
Sotaquí", 1998. Contar lo que pasaba en mi tierra donde nací y
me crié, fue lo que gatilló mi persistencia en este arte.
¿Qué es ser o quién es un cerruco para ti?
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjyNLqGhmuedxS_8G2e0Nove4GABz96Mc6c-Vq_u1U2v8URLiGPJ_IgR9vjHfTgpf4WLLY5JRvB_MDMJ5umhz9zl6N1F3EC-2GO7u8MaamXytdyYNJtCImBx8Z8Gau5uxXElYb5ATJXWRj9/s320/trashumantes.jpg)
Dentro del género documental, ¿cómo defines el estilo de tus películas?
Mis películas son
de factura sencilla, que no buscan el preciosismo, ni la tesis
intelectual. Son ideas que me surgen sobre temas que logro visualizar
en la realidad y los sigo hasta que ellos se transforman en mis
hijos. Después ellos se van solos por ahí y viven su vida propia.
Estoy enfocado en la
producción patrimonial etnográfica del cine documental, y algo de
antropología visual también puedes encontrar en ellas. Es un
estilo propio, una creación. Intento no copiar otros estilos,
aplicar mi propia visión de las cosas y hacer relaciones con otras
ideas. Siempre he pensado en que el cine documental es lo que mejor
hacemos los chilenos, porque somos cronistas, si no recuerde "La
Araucana" de Alonso Ercilla y Zuñiga.
¿Cuáles son tus referentes en el cine?
Mira yo siempre me
interesé por la etnografía y mis referentes son R. Flaherty,
Terrence Malick, los documentalistas antiguos, Joris Ivens, etc. No
tengo predilectos en mis referentes, pero sigo a los etnografístas,
pero eso sí, tengo mis propias ideas de hacer documental en una
provincia.
Por eso no estoy de
acuerdo con la idea que tiene Chiledoc de ser tan paternalistas con
nosotros. Nos traen la mirada europea del cine documental y nosotros
no somos europeos, tenemos que tener nuestra propia mirada. Intento
encontrar la mirada del mestizo en mis imágenes.
¿Qué película Ovallina o del Limarí recomendarías ver?
Qué difícil esta
pregunta, he visto algo de Soto, también vi unos cortos de Arenas,
un reportaje sobre deportes Ovalle, más allá del esfuerzo que se
hizo, se convierten en buenos ejercicios, pero que no llega a ser
algo cinematográfico.
Es difícil hablar
del cine ovallino, porque me van odiar si hablo mucho. Tal vez sea
porque los temas que se tocan son muy repetidos, sin profundidad
estética, el guión está flojo, falta creatividad, intención esa
es la palabra. Falta intención creadora. Mirar las cosas desde otra
óptica, hay mucho más.
¿En qué proyecto estás trabajando ahora, puedes hablarnos algo de él?
Estoy montando una
extensión del documental "La Desaparicón de los Molinos de
Viento de Punitaqui", este corto ganó el concurso de patrimonio
el año pasado 2016 y fue mostrado en TVN a nivel nacional. Es un
trabajo donde voy buscando los viejos molinos de madera que están en
proceso de desaparición y con ellos voy haciendo un análisis del
patrimonio del Limarí, cómo se pierde y desaparece, es un trabajo
sobre la memoria y de pasada, al ser un símbolo que se relaciona con
don Quijote, una reflexión sobre los soñadores, que algunas veces
ganamos.
¿Con qué frase definirías el ritual, ejercicio de ver cine?
Es ver nuestros
fantasmas y que nosotros los cineastas hacemos visibles, yo creo que
ahí está que los muchachos del cine Limarino no han entendido,
una porque son cerrucos (cabezas duras) y no quieren entender y la
otra es porque se necesitan más que talleres de guión, muchas
clases de dirección, leer mucho y vivir. Tener algo que contarle al
mundo.
Recuerdo un profesor
de cine que decía: Si usted no tiene una madre que regente un
burdel al otro lado del río, no tiene nada que contar.
Caricaturizaba que en la vida te tienen que pasar cosas y que las
quieras contar con imágenes. Herzog dice lo mismo, para hacer cine
tienes que salir por el mundo a caminar. Yo les creo.
Comentarios
Publicar un comentario